En un ambiente cercado por la formalidad y las virtudes protocolares, Victoria (Carina Zampini) adorna una reunión especial, teniendo una marcada molestia que evidencia en la mayor parte del tiempo. Alejados de este entorno, Marcos (Sebastián Estevanez) y Julián (Juan Darthés) centran su vida en la pasión de los fierros. Al mismo tiempo que significa sus vidas, también determina sus futuros mientras un ambiente decididamente popular es el contexto de cotidianeidad. La frescura de los personajes, sumado a la pertenencia que tienen a cada mundo, hacen de la novela un combo agradable donde los enredos entre esos dos mundos totalmente distintos se unen.
Al mismo tiempo, la parte central de la vida de los protagonistas va en un camino muy peligroso donde sus formas de vida se ven amenazadas y los cambios hacen temblar su supuesta estabilidad.
El primer encuentro entre la pareja principal se ve envuelto en este formato, a partir de los problemas que ambos sufrieron, el busca un trabajo que ella ofrece. El desarrollo de aquellos que secundan, va por el mismo camino.
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