Si algo caracteriza a los reality shows es el aislamiento. Los dos que están en el aire en la actualidad, en la TV abierta, Gran hermano (Telefe) y Soñando por bailar 2 (El Trece), tienen un extra, otro espacio que implica más aislamiento: la casa de al lado y el destierro, respectivamente. Aunque en los dos es una novedad de esta temporada, funcionan de manera distinta. Para los chicos de GH es un recreo, un refugio y hasta un premio. Para los participantes del Soñando..., un castigo.
"El concepto surgió como una instancia intermedia entre la casa grande y el afuera. Al principio sólo la ocupaban los suplentes. Después albergó a los chicos que participaron del repechaje. Y últimamente la empezaron a pedir los mismos participantes para tener un respiro del encierro junto a sus compañeros", explica Ana Laura Deluso, productora general de GH.
Esa casa albergó la frenética noche de sexo entre Ezequiel y Victoria, hace diez días. Y pocas horas después, el encuentro romántico entre Mariana (que resignó 700 mil pesos de su probable premio) y Facundo, su amigovio de afuera.
Pero mientras en la casita de los GH hay sexo y amor, en el destierro de los aspirantes a bailarines de ShowMatch las cosas son bien distintas. Ahí, los participantes llegan castigados. Y parte de la sanción es permanecer en soledad o al menos en peores condiciones que en la estancia La Soñada.
"Creo que es un lindo condimento que le encontramos al show. La intención es, más que nada, que reflexionen, porque si están ahí es porque no cumplieron con las reglas del juego o desobedecieron, y necesitan rever su actitud", dice Marcelo Valencia, productor ejecutivo de Soñando...". "El lugar está como a un kilómetro del casco de la estancia-explica-, es precario y además, estando ahí pierden días de ensayo, cosa que los puede perjudicar". La estadía en el destierro depende de la falta que haya cometido cada uno: usar teléfono celular, peleas y actitudes rebeldes. Uno de los que vivió el destierro fue Federico, "Fefe". Fue por haberse quedado dormido y faltar a un ensayo. Así, Fefe pasó la noche de Año Nuevo en soledad, junto a un fogón.
En la casita de los GH, las comodidades son pocas, pero alcanzan para no pasarla mal: un ambiente con baño completo, un jardín con jacuzzi y una heladera bien provista. Allí varias parejitas disfrutaron de un impasse en el encierro: Nazareno y Agustina, Rodrigo y Ornella, además de Vicky y Ezequiel.
"Aunque también hay cámaras, los chicos sienten que descansan de la mirada de sus compañeros. Y la realidad es que la finalidad de ese espacio la terminaron dando los propios participantes. Eso pasa con los realities: cada año sucede algo distinto", dice Deluso.
En cambio, el espacio del destierro del Soñando... es menos confortable: baño, agua potable, un catre con bolsa de dormir y, eso sí, la misma comida que el resto. "Es como si estuvieran en penitencia en un rincón. Y en algunos se nota la diferencia cuando retornan al juego, más concentrados", asegura Valencia. En ambos casos, es estar afuera estando adentro.
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